Visión voraz

sábado 3 de abril de 2010

La mirada fue suficiente,
con tus ojos cruzando los míos,
ambos fuimos claros:
querernos, sin amarnos.
Los pétalos amarillos brillantes
bailaron con el viento,
sólo de verlos así
no pude evitarlo: me los comí.

Comí tantos como fui capaz
hasta que apareció el dolor.
Siempre supe que sería así
pero no los supe ignorar,
esta es mi sumisión
a la visión boraz.

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