Una falda

miércoles 17 de marzo de 2010

Hoy me han regalado una falda. Una falda muy corta y negra; de la talla 36.
Tiene muchos pliegues y una hebilla plateada. Me sienta perfectamente, como si la hubieran hecho para mí.La primera vez que vi una igual fue el invierno pasado, en una tienda de diseño de Valladolid.
Recuerdo ese día perfectamente. La vi en un escaparate y aunque había montones de ropa que hubiera podido comprar, yo sólo quería esa falda. Entré a probármela con mi marido y una amiga. Todos coincidíamos en que era perfecta para mi estilo original y cuerpo menudo. Me paseé con ella puesta por la tienda por mucho tiempo y estaba decidida a comprármela, hasta que supe su precio; desorbitado para mi economía.No pude gastarme aquel dinero en ella y con todo el pesar de mi corazón la dejé allí bien doblada después de decir al dependiente que moralmente no podía gastarme tanto dinero en una falda por muy bonita que fuera.
Hoy me han regalado una falda. Una falda muy corta y negra; de la talla 36. Una de las personas más especiales de mi vida a la que quiero desde hace más de 30 años me ha regalado una falda. Ha venido 5 minutos dejando el coche en doble fila antes de volverse a Valladolid, para dármela. Después de un fin de semana terrible decidiendo su futuro, en lo que reconozco también tengo algo que ver; como tenemos que ver la una con la otra en las cosas importantes y triviales de nuestras existencias desde el principio.
Ayer vio la falda de nuevo en otro escaparate, entró a probársela y me la compró. Acaba de marcharse y aquí estoy llorando con mi falda. Jamás podré agradecerla lo que ha significado en mi mundo, y la alegría que supone para mí saber que seguirá ahí por siempre. Te quiero mucho.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Suegras

CANTA Y NO LLORES

Cuello de botella