Cuestión de olfato
Una noche de fiesta como cualquiera, salgo a tomar algo. Con los amigos de siempre a los sitios de costumbre. Todo parece normal, salvo que sí hay algo distinto. Hemos descubierto los olores. Ahora que ya no se fuma resulta que los bares tienen olores, y parece que será algo que los defina, de forma individual. Algunos huelen a colonias mezcladas, lo que resulta un poco desconcertante, otros huelen a cañerías, ¿quién iba a decirlo? Yo que he entrado cientos de veces nunca me había dado cuenta. Llegará el verano y los olores corporales de los enemigos de la ducha aflorarán y sabremos quiénes son. Yo que soy una fumadora empedernida, he cambiado de costumbres, como otros tantos. Pero mi ropa, ya no huele a humo. Mis feromonas están de fiesta, por fin serán ellas las protagonistas. Y mi cerebro festejará, cuando llegue la ocasión, que puede reconocer las tuyas.