Un pacto

miércoles 23 de diciembre de 2009


Un pacto es un pacto, habían quedado en tener una relación abierta. Sin obligaciones ni compromisos. Se verían siempre que lo desearan ambos pero no iban a caer en la rutina ni en el hastío. Después de meses conociéndose lo inevitable fue que se tomaran cariño.
Aquella semana ella le notó muy abatido y aunque él le dijo expresamente que prefería estar sólo, ella unilateralmente decidió visitarle y darle ánimos.
Cuando llamó al portero de su casa notó en él un tono extraño y sin explicaciones coherentes para no recibirla, por fin abrió el portal y ella subió las escaleras. Cuatro pisos de escaleras empinadas a buen paso y sin descansar tuvieron la culpa de que ella llegara sin aliento a su puerta. Eso y los nervios de saberse no esperada.
En el mismo momento que se cruzaron sus miradas ella supo que su visita no era una buena idea, pero ya era demasiado tarde. Todo había saltado por los aires en un segundo.Tras su amante se dibujaba el perfil de otra mujer. No se dijeron nada.
Ella bajó las escaleras ahora con parsimonia y solemnidad, sintiendo cada escalera por última vez, todavía sin aliento.

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