Ajedrez

miércoles 12 de mayo de 2010

Aquí estoy en el tablero y, como se supone que esto es un juego de estrategia, voy a estudiar mis posiciones.
Soy una dama, y alguna de mis piezas ya ha desaparecido. No conozco a mi adversario, pero sospecho que es buen jugador. Parece que sabe lo que hace.
Tengo a mi rey que no conozco. Debe de andar lejos porque no le veo, pero sé que está porque aún continúa la partida; espero que sepa jugar y esté esperando a dar la cara.
Cerca de mí están mis alfiles, mis torres y uno de mis caballos; y todavía dispongo de algunos peones que están dispuestos a protegerme.
Disfruto de mucha capacidad de movimiento, y reconozco que es posible que en este momento de la partida esté aprovechándome de ello, espero no pagarlo caro.
Mis torres me son leales, pero están muy ocupadas, persiguiendo y librándose de los alfiles del contrincante, dependiendo de la jugada; no poder cambiar de color no les ayuda mucho.
Mis alfiles tratan de defenderme a su manera, haciendo diagonales a mi alrededor, y de momento funciona. Pero no me fío.
Mi caballo, al que acabo de conocer, anda loco haciendo curvas por el tablero; dicen que corre mucho y que además tiene buena puntería. Espero que sepa comportarse como corresponde a su rango.Tuve otro caballo hace tiempo, pero desapareció en una jugada, una pena, todavía recuerdo vívamente su presencia haciendo "eles" a mi alrededor.
Es posible que no valore como debiera a mis peones, pondré como disculpa que ando algo liada y que, por qué no decirlo, estoy buscando a mi rey; y eso me ocupa también una parte de mi tiempo.
Éstos son mis trebejos, y con ellos, espero ganar esta partida. Muy a pesar de mi adversario.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Suegras

CANTA Y NO LLORES

ITV