Un hombre libre
miércoles 16 de diciembre de 2009
He conocido a un hombre libre.Va a trabajar 6 días a la semana, descansa el séptimo, cada noche, después de pasear a su perra, se prepara algo de cena y sale a trabajar. Prefiere el turno de noche porque hay menos gente en su fábrica y gana más. Cuando sale vuelve a casa, saca de nuevo a su perra y se acuesta. Duerme todo el día y cuando despierta por la tarde, dedica su tiempo a jugar con su consola y ver series antiguas que descarga en su ordenador.
He conocido a un hombre libre.Va a trabajar 6 días a la semana, descansa el séptimo, cada noche, después de pasear a su perra, se prepara algo de cena y sale a trabajar. Prefiere el turno de noche porque hay menos gente en su fábrica y gana más. Cuando sale vuelve a casa, saca de nuevo a su perra y se acuesta. Duerme todo el día y cuando despierta por la tarde, dedica su tiempo a jugar con su consola y ver series antiguas que descarga en su ordenador.
No tiene grandes amigos y su familia desmembrada vive su vida a cientos de kilómetros. No siente la necesidad de salir o de conocer gente, no celebra porque no tiene nada que celebrar.
Su casa tiende irremediablemente al caos, y hace tiempo que la limpieza tanto personal como de su casa ha dejado de ser una prioridad.
Tiene el pelo largo y descuidado, no le he visto nunca peinarse y sus manos muestran a un trabajador entregado. Observa su mundo desde unos ojos pequeños de un brillo enigmático y está lleno de lunares.
Es grande y fuerte como un oso. Nunca le he oído reírse, pero tiene una sonrisa franca. Duerme del tirón porque hace tiempo que sus inquietudes no le desvelan.
Es un lobo solitario y tranquilo que sólo baja ocasionalmente del bosque para visitarme a mí, que soy un accidente en su vida.
He vuelto a saber de mi hombre libre, que ha decidido dejar un tanto de serlo para intentar una aventura con una nueva compañera. Desde aquí le deseo toda la suerte del mundo y que su ligera pérdida sea para ganar otras cosas no menos importantes que la libertad, que todavía tiene.
Todo pasa y todo queda...
ResponderEliminarTambién nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas, ni el final de tu relato al que has añadido un apéndice novedoso.
Y la vida continúa, cuídate, un beso de Á.
Me alegra saber que tu hombre libre lo es un poquito menos.
ResponderEliminarTanta soledad no puede ser buena, y seguro que saldrá ganando con el giro que le ha dado a su vida.
La libertad , el lo mejor que puedo tener (dejando a un lado otras alegrias de mi vida)
ResponderEliminarLa soledad, la necesito muchas veces
El compartir con una persona a la que quieres, es un experiencia maravillosa
El compromiso a estas alturas , me da susto
Creo que estoy grave...
Besazos y a pasar buen fin de semana
La gracia del asunto, compartir sin perder la libertad o lo menos posible, sigo creyendo.
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