Escuece
Llego a casa y como siempre no hay nada en el frigo; así que pongo la calefacción, dejo las maletas, me armo de valor y decido salir a dar una vuelta de reconocimiento.
Como ya es tarde para salir de compras y tengo hambre, me propongo: ¿porqué no salir de pinchos y tomarme unas cañitas? Me encantan las rabas y los bares del pueblo tienen fama de saber cómo hacerlas.
Nunca salgo de noche sola, pero me digo que no tiene nada de especial, y que al fin y al cabo estamos en una sociedad avanzada, de mujeres emancipadas, con trabajo, dinero y tiempo, para gastar.
Después de ojear las opciones, elijo un bar de pinchos con bastante clientela, pero sin agobios.
Entro y examino a mis colegas clientes.
El borrachín del pueblo pidiendo un "sol y sombra" ante el asombro de un camarero sudamericano que desconoce la fórmula , unos señores de vinos, alguna pareja sentada en las mesas.
Ésto está chupado, me pido unas rabas y una caña, me siento en la mesa y ceno estupendamente.
Por fin un camarero de mediana edad me ve en la barra y se acerca para atenderme.
- Hola, buenas noches, una de rabas y una caña.
- Muy bien, las rabas para llevar, ¿verdad? Puede sentarse en una mesa si quiere mientras espera.
- Eh, sí gracias, para llevar.
... y las rabas estaban buenas?
ResponderEliminarEscuece, escuece...
ResponderEliminarLa próxima no te cortes!!!!, no, estoy de pingo y me apetece comerlas aquí :-)
Máximo, muy buenas, gracias, me las comí en casa viendo la tele.
ResponderEliminarNélida, debí decirlo, pero me faltaron...
No pasa nada, vuelve, otra de rabas, dos cañas, y firmemente y con orgullo contesta... "No, me las tomo aquí, gracias"
ResponderEliminarPara llevar?
ResponderEliminar-No, para ponertelas de peineta
Jajaja Nines , te pasa cada cosa
Besos
Soledad, la respuesta era no, para comerlas aquí yo sola de momento. Sergio, volví pero ya no era lo mismo, estábamos 4 amigas y nos dijeron: las marías aquí por favor; claro que era carnaval, íbamos disfrazadas...
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