Que orgulloso estoy de aborrecer el fútbol. No entiendo absolutamente nada del tema, soy incapaz de nombrarte 3 jugadores seguidos de las grandes equipos del mundo y no tengo mayor interés; una opción que en muchas ocasiones, y en reuniones sociales, observo que me deja fuera de juego (nunca mejor dicho)
Penalti, no es el jugador que siempre mete los goles, vaya decepción. He vivido 40 años en la ignorancia futbolera, y a pesar de todo me hecho grandote y bastante normal, asi que creo que no va a interesarme ahora. Viva la petanca!
Te digo como Sergio, no entiendo ni papa de fútbol, ni tampoco entenderé nunca como es posible que movilice millones y millones de personas y no seamos capaces de salir a la calle para acabar con la pobreza del mundo. El ser humano es un misterio. Un abrazo.
Salgo a la calle y aunque el día es precioso, no me contagio de su alegría. Voy caminando a mi trabajo, que es más que aceptable; relacionado con mi formación, bien remunerado, con un horario cómodo y en el que tengo cierto mando. Pero no me siento satisfecha con él, no celebro ese privilegio. Mi hija es una adolescente magnífica, con una personalidad arrolladora, buena estudiante y promete ser una mujer atractiva y responsable. Mi marido es un buen hombre y me quiere. Mi casa, en un buen barrio residencial, es amplia y acogedora . Mis amigas me aprecian, y quedamos de vez en cuando. Tengo una vida social satisfactoria e integrada. Pues no me encuentro bien. Estoy irritable, nerviosa, cansada, y no tengo idea de qué es lo que me pasa. Y no sé qué me exaspera más, si el hecho de no encontrarme bien o que nadie parezca entenderlo.
Tras una vida sentimental azarosa como la mía, acaban quedando flecos de todas las relaciones amorosas vividas. Así que voy teniendo en mi abultada mochila, entre otras cosas, unas cuantas suegras. Lo de la suegra mala y malmetedora es un mito. No todas son así, algunas son peores. Aunque hay excepciones. Mi primera suegra era... apropiada. Yo era una niña entonces que jugaba con su hijo, y fue conmigo agradable, atenta. La encantaba mi talla 36 y llegó incluso a regalarme ropa. Era una señora grande y rotunda. Y cuando llegaba a su casa y sospechaba mi presencia daba golpes a las cazuelas, con la única intención de no sorprendernos en circunstancias embarazosas. Todavía me saluda con una sonrisa cuando me se cruza conmigo, al igual que su hijo. La siguiente, mujer de pueblo; todavía tiene la boca abierta. No la cierra desde que la di a entender lo que esperaba de su hijo; nada del otro mundo: igualdad, colaboración doméstica, independencia intelectual. ¿Dónde andará?. L...
Que orgulloso estoy de aborrecer el fútbol. No entiendo absolutamente nada del tema, soy incapaz de nombrarte 3 jugadores seguidos de las grandes equipos del mundo y no tengo mayor interés; una opción que en muchas ocasiones, y en reuniones sociales, observo que me deja fuera de juego (nunca mejor dicho)
ResponderEliminarLeyendo al señor Gilipollas me acordé de esta cancioncilla que no pasa de moda.
ResponderEliminarhttp://angeles-piensoluegoescribo.blogspot.com/
ResponderEliminarHoy me conformo con comunicaste la nueva dirección de " pienso luego escribo " por si quieres seguir cerca.
Gracias y un abrazo. A.
Penalti, no es el jugador que siempre mete los goles, vaya decepción. He vivido 40 años en la ignorancia futbolera, y a pesar de todo me hecho grandote y bastante normal, asi que creo que no va a interesarme ahora. Viva la petanca!
ResponderEliminarAgurrr
Te digo como Sergio, no entiendo ni papa de fútbol, ni tampoco entenderé nunca como es posible que movilice millones y millones de personas y no seamos capaces de salir a la calle para acabar con la pobreza del mundo. El ser humano es un misterio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya veo que por aquí no hay mucha afición que se diga. Dios nos cría...
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