No debe de ser cierto

No debe  de ser cierto, no hay crisis como dicen, o  nos importa una mierda.
Las cifras del paro, la falta generalizada de pagos, las colas en Cáritas de contínuas caras nuevas en los comedores sociales; no afectan como debieran a los que todavía cobramos. Ni solidaridad, ni leches.
La Junta de Castilla- León y su rama de educación siguen cobrando fijo. No pagan lo que deben a los Ayuntamientos pero se sigue cobrando puntualmente.
La plena cuesta de Septiembre, que para muchas familias deja en ridículo a la de Enero no ha afectado en absoluto a las costumbres del sistema educativo público.
Todos gastábamos más en Navidades que en otras épocas y en las casas se celebraba la Navidad por todo lo alto. En muchas la próxima será diferente. No habrá bogavantes, ni cordero, ni percebes, y los Reyes Magos no serán tan espléndidos como acostumbraban. Pero  las familias podrán elegir comer otras cosas y consumir menos. Se podrá elegir.
En Septiembre no hay elección posible. Cada niño escolarizado pasará por el aro y comprará los libros y material exigido, no sé todavía muy bien cómo.
Los libros programados por el Gobierno Regional para un curso de primaria superan los 200 euros de media; no podrán reutilizarse otros años porque por orden de los profesores se escribe en ellos y no se pueden borrar las soluciones. Si un alumno repite curso, tiene que comprar libros nuevos y si su hermano tuvo los mismos el curso pasado tampoco podrán volverse a utilizar.
Hasta aquí es indignante; pero no acaba aquí la cosa.
Los alumnos traen a casa una lista de material obligatorio y necesario para el seguimiento del curso y en eso todavía han llegado más lejos.
La lista de material tiene nombre y apellidos.
Los cuadernos, Uniguerrero pequeños de 50 hojas de doble pauta de 2,5 de color verde; las pinturas de cera Manley, las gomas de Milán cuadradas, 500 folios Din A4 no reciclados de 80 gr, el lapicero Stadler Noris nº2, rotuladores Carioca, mochilas de tela sin ruedas...
¿Pero ésto qué coño es?
Nada de marcas blancas, ni lápices de propaganda de la caja de turno, la mochila del año pasado con ruedas no vale este año. ¿Un alumno de 8 años escribirá 500 folios?
Me sorprenderá que todos los alumnos gasten además de los libros, otros 50 euros o más de material. ¿Podrán pagarlo todas las familias? ¿Querremos pagarlo todas las familias?
Ni lo han pensado, o les importa una mierda.
Yo alucino.




Comentarios

  1. Acabo de pagar los libros de mis dos hijos, el mayor ha empezado 1º de ESO y el chorreo es brutal, aún no me he repuesto, y cada trimestre otra cuota por material, más las extras... Prefiero no sumar, si lo hago emigramos.
    Yo alucino (también).

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  2. Solución parcial:
    Libros propiedad del colegio, que año tras año prestan a los niños y reponen los viejos.

    Ventajas:
    Ahorran dinero a los padres.
    Enseñan a cuidar los libros a los niños y a compartir.
    Es ecologico, ya que se ahorrarían cantidades enormes de papel.

    Desventajas:
    Dejan a las editoriales con menores ingresos.
    A los niños sin libros nuevos.
    Y a los profesores pensando en como hacer esos trabajos que ahora se hacen escribiendo sobre los libros sin usar.

    Buena critica.

    Saludos

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  3. Curiosamente suelen ser más baratos a medida que suben de curso, tienen menos pegatinas y esas cosas, Sergio, ya has pagado lo más caro.
    Máximo , buen análisis de la situación, levantemos pues el mundo editorial.

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  4. Yo que ya pagué todos los libros de estudio que me corresponden como progenitora, te apoyo y me solidarizo con la propuesta de Máximo.

    Mi crisis es otra y me parece que va para largo, pero no todo va a ser el vil metal, ¿verdad?. Menos mal que hay otros asuntillos que reconfortan.

    Besos, madre alumnos. Ya crecerán Á.

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