COMPAÑERAS DE VIAJE

Tenía yo la avanzada edad de 5 años cuando naciste. Era entonces la princesa de la casa, la única hija, la única sobrina, la única nieta....Era muy pequeña, pero recuerdo aquel día por los nervios que me rodeaban, mamá estaba en el hospital y vendría con un bebé que iba a ser mi hermano. Entonces no sabíamos el sexo de la criatura hasta que no nacía, qué tiempos. Por fin no fuiste un hermano, sino una hermana y yo estaba encantada con la idea. No recuerdo la primera vez que nos vimos, pero sí la primera vez que te dejaron a mi cargo para que te cuidara, tenías 3 meses y te caíste; nunca volví a ver tan enfadado al abuelo. Qué bronca me cayó por no cuidarte debidamente. Todavía protesto airadamente por aquello, !yo tenía 5 años y medio!. Desde aquel día fuiste mucho más que mi hermana y te adopté como mi hija, y con ese orgullo de madre te miré siempre. Con el tiempo me demostrarte que además de hermanas, madre e hija, íbamos a ser amigas, profesoras y alumnas, cómplices y confidentes, prestamistas, consejeras...De lo que no cabe duda es que somos unas excelentes compañeras de viaje.

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