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Mostrando entradas de agosto, 2010

Regatón

La temperatura invita a pasear por la fina arena, con una luz digna de cuadro bien pensado. Ni una gota de aire se entretiene en hacer remolinos. Las olas mansas acuden puntuales a su cita con la linea de costa empapada por una marea especialmente viva. Concentrada en el silencio de la noche, distingo cantar a las cigarras y el sonido de la lluvia fina cayendo sobre el techo de tu coche, aparcado en el camino de arena. Con las ventanillas abiertas, las ligeras gotas de agua mojan mis pies calientes y mi piel agitada por el esfuerzo. Con mi cabeza apoyada en tu pecho, acunada por tu respiración profunda, pienso si habrá otro lugar en ese momento en el que sea capaz de encontrar tanta quietud en la que calmar mi espíritu agitado de forma más certera. Disfruto de una alegría serena, algo semejante a un instante de felicidad. Hay días enteros que pueden resumirse en horas. Se acabó el verano para mí.

Si buscas

Si buscas un hombre, que sea dulce y cariñoso. Que sonría por la mañana,que te haga disfrutar. Que te acaricie, que te bese. Si buscas un hombre, que te hable de su vida. Que te llame al mediodía, que te haga pensar. Que te acaricie, que te bese. Si buscas un hombre, que quiera compartir. Que te desee por la tarde,que te haga soñar. Que te acaricie, que te bese. Si buscas un hombre, búscame a mí.

Dolor

Soy un hombre de mediana edad, y con cierto sobrepeso, de vida sedentaria en mi despacho, fumo, bebo y como con alegría los manjares que me ofrece la vida. Y he pasado a cumplir la estadística, ayer me colocaron mi marcapasos de último modelo. Ya sé que resulta patético, pero ahora viendo el tremendo parche que luce mi pecho, sólo puedo pensar en una cosa. Tarde o temprano tendrán que quitármelo. Mi pecho rasurado para la intervención habrá dejado de serlo para entonces. Algún auxiliar vendrá a mi habitación del hospital para hacerme una cura. No puedo pensar en otra cosa, veo mi bello crecer, lo oigo. Cuando semejante fatalidad ocurra me va a doler, y mucho. Pues bien, he recreado la escena y tengo una curiosidad malsana. ¿Cómo procederá al levantamiento? Tirará sutilmente de mi vendaje o lo hará del tirón sin contemplaciones.Ya lo he decidido, cuando llegue, diré expresamente que por favor, proceda de forma radical y contundente. Que a mí las medias tintas no me van, que soporto mejo

Gris

Si cierro los ojos puedo ver un campo blanco y negro. Acolchado y suave. Tan acogedor que me siento tentada de perderme en él, de acariciarlo con las manos. Atraerlo hacia mí. Su suave curvatura me llena de ternura y de otras emociones encontradas. Me da tanta paz como agitación. Que no tenga otros colores no le resta nada de belleza, ni significa en modo alguno que nada le falte. Es perfecto, sólo blanco y negro.

Orgullo gitano

Mientras me baño en la playa puedo ver en la orilla a mi familia; mis padres, mi hermana, mis hijos. Es curioso observarles de lejos, somos una familia gitana. Mi padre desde su silla de mimbre nos va estudiando uno a uno, vigila en estado de alerta. Mira a mi hermana y se recrea viendo cómo colabora secando a mis hijos. Mira a mi madre, matriarca incansable del clan. Seguro que ya ha cocinado para todos. Y a mis hijos con cara de orgullo, la estirpe continúa; y con inquietud, qué será de ellos ahora que su padre ya no está con nosotros. Nunca miraron con buenos ojos que me casara con un payo, y desde que se fue le maldicen en cada ocasión venga o no a cuento. Y me mira a mí, con devoción. Porque ve una mujer fuerte y valiente que ha sabido reorganizar su vida, y con miedo. Veo el miedo en sus ojos. No sabe por dónde voy a salir y eso le quita el sueño. No cree que necesite nada más que a ellos para llevar mi vida. No admitirá nunca que soy una mujer joven y que tarde o temprano buscar

Plastilina

Después de tanto tiempo ya sé de qué estoy hecha. Tengo un cuerpo flexible por naturaleza, mis tendones son laxos por pura genética. Jamás hice nada para ejercitarlos. Mis dedos pueden adoptar posiciones inverosímiles para el resto, puedo desencajar mis hombros, y mi columna sigue doblándose con facilidad, consigo que mis piernas se coloquen sobre mis hombros, y puedo pasar horas sentada sobre mis rodillas o coger cosas con los dedos de los pies. Estas facultades resultan de bastante utilidad en mi vida cotidiana, para pequeñas cosas, hacerme un ovillo, o pasar por cualquier agujero, moverme con soltura. Pero he descubierto que no sólo mi cuerpo es flexible, mi mente lo es tanto o más. Soy de arcilla sin cocer. Puedo adaptarme a casi todo, soy maleable como estaño, me ajusto a cualquier molde. Y ésto lo hago sin violencia ninguna, sin sufrimiento, con alegría, con vocación. Soy, por naturaleza, de goma; tanto física como mentalmente, y nada hace pensar que de momento vaya a cambiar (se

Lo que nos espera

Lo que nos queda por ver, esta crisis nuestra empieza a calar hondo en la calle. Todavía oigo a gente decir que no se nota tanto como dicen. Pero yo a mi alrededor veo cosas que nunca había visto. Mi hermana lleva en Toledo mes y medio y le han robado los tapacubos de las ruedas primero y el coche entero después. Eso en una ciudad tranquila donde las haya. Pero no hay que irse tan lejos, donde vivo, empieza a haber familias que devuelven los recibos de facturas de cuarenta euros, o que negocian si se pueden pagar a partir del diez que se cobra el paro. Desaparecen cuadros de luz de la calle, metros de cables del alumbrado público, o las tapas de las alcantarillas. Pues no es normal. Los pisos empiezan a pasar a manos de los bancos que en su día prestaron el dinero. Cuando era pequeña en mi casa me explicaron que los trapicheadores emplean su tiempo desde pequeños en aprender a robar, a ser oportunistas; y que lo hacían con mucho más empeño, tiempo y dedicación de la que yo ponía en apr